sábado, 21 de marzo de 2009

El Mercado de los Abogados:

por Libertad y Desarrollo

http://www.lyd.com/lyd/controls/neochannels/neo_ch3864/deploy/880%20abogados%20doc.pdf

"La polémica en torno al número de abogados y su calidad debe ser abordada desde una perspectiva de mercado, evitando caer en propuestas de regulaciones de dudosa efectividad y probables costos".

1 comentarios:

Blogger Directorio Asociación Gremial de Egresados de Derecho ha dicho...

El Mercado de los Abogados
En las últimas semanas ha surgido cier-
ta polémica a propósito del mercado de los
abogados, su calidad y proyecciones. Resulta
necesario dar una mirada diferente a esta dis-
cusión para evitar reacciones corporativas o
sobre regulaciones que terminen generando
propuestas poco beneficiosas tanto para el
mundo de los abogados como para el resto de
la educación superior.
La Polémica
Hasta la fecha ha habido numerosas
cartas y columnas de opinión en el diario El
Mercurio que, desde diversas perspectivas,
abogan por un mayor control de
quienes ejercen la profesión de
abogado. Así por ejemplo, quien
dio inicio a la polémica, el Deca-
no de la Facultad de Derecho de
la UDD, Pablo Rodríguez, ha
señalado que “el Estado tiene
respecto de los abogados foren-
ses una doble responsabilidad,
puesto que, además de consta-
tar el otorgamiento del grado
académico de licenciado en
ciencias jurídicas, debe supervisar que quien
actúa en representación de las partes litigantes
ante un tribunal tenga la preparación y las
habilidades y destrezas mínimas que se re-
quieren para un adecuado desempeño”
1
. Se-
manas después, los decanos de las dos más
prestigiosas facultades de derecho en nuestro
país, la Universidad Católica y la de Chile,
propusieron la creación de “un examen nacio-
nal que mida lo fundamental, lo que ningún
abogado puede ignorar”. Sería éste, agregan
un instrumento “preciso, rápido, confiable y
menos costoso, que, al mismo tiempo, asegura
la participación de toda la comunidad interesa-
da y la libertad de enseñanza de las universi-
dades”
2
.
En los días sucesivos diversas autori-
dades de otras facultades se manifestaron fa-
vorables a esta iniciativa
3
. También otras per-
sonas sugirieron extender esta evaluación a
los abogados en actual ejercicio
4
.
La discusión que se ha dado hasta la
fecha tiene bastantes aristas en las que con-
viene detenerse para hacer
un análisis más global de la
situación.
¿Es Éste un Mercado
Distinto?
En 1974, el Premio Nobel de
Economía Ronald Coase pu-
blicó un escrito denominado
“El Mercado de los Bienes y el
Mercado de las Ideas”. En él
señala que no hay razón de peso para regular
en forma distinta el mercado de los bienes y el
mercado de las ideas, entendiendo por éste
último, la libertad de expresión, de religión y de
conciencia.
La reacción negativa de la gente ante la
regulación, nos dice, es mucho mayor cuando
el Gobierno entra a aplicar censuras al conte-
nido de la información que cuando aplica res-
La polémica en torno al
número de abogados y su
calidad debe ser abordada
desde una perspectiva de
mercado, evitando caer en
propuestas de regulaciones de
dudosa efectividad y
probables costos.
www.lyd.org- Email:lyd@lyd.org
T e m a s P ú b l i c o s
Nº 880 -
1 de Agosto de 2008
ISSN 0717-1528
En esta Edición:
• El Mercado de los Abogados
• Sistema de Alta Dirección Pública: Camino Recorrido y por Recorrer
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Page 2
2
tricciones a la circulación de bienes. Por eso,
Coase advierte que la decisión regulatoria de-
be usar el mismo enfoque para ambos tipos de
mercados y agrega que “en todos los merca-
dos, los productores tienen algunas razones
para ser honestos y otras para ser
deshonestos; los consumidores tienen algu-
na información, pero no están completamen-
te informados o, incluso, capacitados para
digerir toda la
información que poseen; los
reguladores generalmente desean realizar un
buen trabajo, y aunque a menudo son incom-
petentes y están sujetos a in
fluencias de in-
tereses específicos, actúan así porque, co-
mo todos nosotros, son seres humanos cu-
yas motivaciones más fuer-
tes no son las más loa-
bles”
5
.
El mercado de los abo-
gados no es particularmente
distinto. Hay demandantes
de servicios y oferentes de la
más variada especialidad,
formación y calidad. Hay in-
formación en el mercado y, la
mayor parte de las veces,
libertad de elección
6
. Así las cosas, y como
aconseja Coase, cualquier regulación a este
mercado debe ser analizada del mismo modo
como analizaríamos otras regulaciones a otros
bienes, ideas o servicios.
¿Muchos Abogados?
Aparentemente la idea que en Chile
habrían muchos abogados está bastante ex-
tendida. El hecho, por ejemplo, que el año
1997 se hayan titulado 815 abogados y diez
años después esa cifra haya aumentado a
2.012, genera diversas respuestas
7
.
Las reacciones negativas a este aumen-
to de oferta muestran cierta añoranza de algu-
nos que parecieran querer ver garantizado su
futuro por el solo hecho de tener un título de
abogado. Los tiempos en que sólo las elites
accedían a la educación superior terminaron y
hoy, cada día más, no es el título sino el mérito
lo que asegura un buen pasar. De hecho, la
experiencia internacional en países desarrolla-
dos muestra que el retorno económico de la
educación superior tiende a disminuir pues al
aumentar la cobertura, se eleva la competen-
cia y disminuyen los precios. Esto, que podría
ser negativo para los abogados, es positivo
para todo el país.
Por otra parte las cifras, tanto a nivel in-
ternacional como nacional muestran que en
Chile no hay muchos abogados. Si se analiza
por ejemplo, el número de abogados per capita
nuestro país está lejos de los primeros lugares.
Según cifras del Centro de Estudios de Justicia
para las Américas (CEJA), Chile tiene 13,3
abogados cada 10.000 habitan-
tes, mientras que Argentina tiene
35,3; Colombia, 34,2; Brasil,
28,1; Canadá, 22,4; México, 19,1
por mencionar algunos países
del continente
8
. En Estados Uni-
dos las cifras también son supe-
riores en varios Estados: Nueva
York tiene 20,4 abogados cada
10.000 habitantes; Delaware, 18;
y Massachussets, 14,5
9
.
Otros datos también indican que
el mercado de los abogados no está saturado.
El Ministerio de Educación, por ejemplo, a tra-
vés de la página web www.futurolaboral.cl, in-
forma que la probabilidad de encontrar trabajo
remunerado al segundo año de titulado para
aquellos abogados que recibieron su título en
el 2000 y 2001 fue de 92% mientras que aque-
lla probabilidad al cuarto año de titulado au-
mentaba al 96%
10
. La información del ingreso
promedio tampoco da cuenta de una carrera
cuyos egresados tengan una retribución baja.
En efecto, el ingreso promedio de los aboga-
dos titulados el año 2000 y 2001 fue de
$922.780 mensuales en el 2º año de trabajo
después de titularse, y de $1.299.610 mensua-
les en el 4º año de trabajo después de titular-
se
11
.
Por último, y aún cuando las cifras de-
muestran lo contrario, ¿por qué debiera consti-
tuir una preocupación pública el hecho que
hayan muchos abogados? Si aumenta el nú-
La acción libre e
informada de demandantes y
oferentes en un mercado
competitivo será el factor que
incentive la calidad de los
abogados y que regule
correctamente el número de
éstos.
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3
mero de oferentes de un determinado bien,
¿es signo ello que debe regularse? No lo es.
Es probable que el aumento de la oferta gene-
re, a lo más, una disminución en los salarios o
una conversión del mercado hacia otros secto-
res.
Todo esto en el supuesto que la deman-
da es estática, asunto que no es real pues sólo
en la última década, hemos visto surgir nuevas
áreas de ejercicio de la profesión con altos re-
querimientos de abogados como la nueva jus-
ticia penal, la de familia y la del trabajo.
La Preocupación por la Calidad
No cabe duda que aspirar
a un mercado de calidad es
una preocupación válida. Sin
embargo, al dar un paso más
surgen las dudas.
Ante todo, ya el concepto
de calidad es bastante ambi-
guo pues es éste un término
subjetivo que va íntimamente
ligado a los requerimientos de
cada persona. En unos casos,
será de calidad quien presta un
servicio donde los conocimien-
tos son fundamentales mien-
tras que en otros casos, será
más relevante la capacidad de persuadir a tra-
vés de la palabra o a través de los escritos que
se acompañen en un expediente. En todos es-
tos casos, la calidad que se requiere es diver-
sa y se mide con mecanismos diferentes.
Por otra parte, se ha dicho en reiteradas
ocasiones que lo necesario es asegurar una
formación mínima, aquello básico para trabajar
como abogado. Esta aspiración puede concitar
un acuerdo generalizado pero al momento de
definir qué constituye “lo mínimo” comienzan
las dificultades. No debe olvidarse que nuestro
país ya conoce un sistema – la educación bá-
sica y media - donde supuestamente se exigen
“contenidos mínimos” que, como es de público
conocimiento, han degenerado en máximos,
con todo el daño que ello implica para la liber-
tad de enseñanza y la diversidad del sistema.
Por otra parte, desde hace algunos años
ya existe en Chile un sistema de aseguramien-
to de la calidad de la educación superior
12
. Si
bien el sistema puede ser criticado por una se-
rie de factores, lo cierto es que al menos en-
trega herramientas que están en consolidación
y que no requieren de otros instrumentos que
persigan el mismo objetivo.
Finalmente, no debe olvidarse que la ca-
lidad, al igual que en la transacción de otros
bienes y servicios, la determina un mercado
competitivo donde las personas puedan elegir
informadamente. Limitar la
oferta no hará más virtuosos ni
mejores a los abogados; sólo
les asegurará altas rentas y
poca necesidad de superarse
para poder competir.
¿Es la Solución un Exa-
men Nacional?
La propuesta más extendida es
la creación de un examen úni-
co nacional voluntario al que se
someterían los alumnos de
aquellas facultades que libre-
mente lo determinen. El símil
es el examen único nacional de medicina. Ante
esta propuesta es necesario analizar con de-
tención los costos y beneficios que puedan
generarse. Entre los primeros el más patente
es la información que un examen como el pro-
puesto puede generar lo que eventualmente
contribuiría a un mejor funcionamiento del
mercado. Con todo, este mecanismo adicional
de información podría traer mayores perjuicios
que hagan preferible no adoptarlo.
Entre estos últimos debe considerarse,
en primer lugar, el incentivo que existiría a uni-
formar las mallas curriculares en conformidad
al contenido de las materias que se evaluarían.
Esto constituye un elemento uniformador que
se suma a los ya existentes, específicamente,
a los criterios mínimos de calidad que exige la
No debe olvidarse que la
calidad, al igual que en la
transacción de otros bienes y
servicios, la determina un
mercado competitivo donde
las personas puedan elegir
informadamente. Limitar la
oferta no hará más virtuosos ni
mejores a los abogados; sólo
les asegurará altas rentas y
poca necesidad de superarse
para poder competir.
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4
Comisión Nacional de Aseguramiento de la
Calidad de la Educación Superior para la eva-
luación de la carrera de derecho
13
. Así las co-
sas, ambos instrumentos tenderán a constreñir
la autonomía de las diversas casas de estudio
para poner énfasis diversos en sus mallas cu-
rriculares. Esto no sólo afecta a cada facultad
sino que también la diversidad del sistema ge-
neral.
Otro factor a considerar es la efectividad
de la herramienta que se piensa utilizar. Se ha
puesto como ejemplo a seguir el examen único
nacional que hasta la fecha administra la Aso-
ciación de Facultades de Medicina de Chile
(SOFAMECH). Sin embargo, no se conoce de
ningún estudio que haya medido los efectos de
este instrumento en la calidad de los egresa-
dos. Por otra parte, la evidencia internacional
no es concluyente en cuanto a los aportes de
este tipo de certificaciones. Así por ejemplo, en
el caso de exámenes habilitantes para profe-
sores en Estados Unidos, los resultados favo-
rables de la certificación son, por decir lo me-
nos, controvertidos
14
.
Un tercer elemento de importancia es
quién asumirá la responsabilidad de elaborar
la evaluación. ¿El Estado, la Corte Suprema,
alguno de los colegios de abogados existen-
tes, las facultades de derecho? Todos ellos,
con diversas visiones, tienen incentivos para
actuar no siempre en la línea de la calidad. En-
tre éstos pueden encontrarse un afán por con-
trolar los contenidos o por disminuir la compe-
tencia ya sea entre abogados o entre universi-
dades.
Finalmente, conviene mirar con mayor
detención la experiencia que todos citan: el
examen único de medicina. Si bien éste fue en
su inicio un examen voluntario, hoy es obliga-
torio para todos aquellos que quieran acceder
al cargo de médico cirujano de los servicios de
salud o de los consultorios municipales
15
. No
sería de extrañar que suceda lo mismo con
cualquier otro examen nacional. En efecto, la
dinámica política y de los grupos de interés
enseña que éstos últimos presionan a los pri-
meros para conseguir diversos beneficios, uno
de los cuales es la disminución de la compe-
tencia. Un examen nacional para los aboga-
dos, medida aparentemente inocua, será con
un alto grado de probabilidad el primer paso
hacia una certificación nacional obligatoria.
Conclusión
En definitiva, la polémica en torno al
número de abogados y su calidad debe ser
abordada desde una perspectiva de mercado,
evitando caer en propuestas de regulaciones
de dudosa efectividad y probables costos.
Como en tantas otras cosas, la acción libre e
informada de demandantes y oferentes en un
mercado competitivo será el factor que incenti-
ve la calidad de los abogados y que regule co-
rrectamente el número de éstos.
1
El Mercurio, 21 de Junio de 2008. A2. ¿Demasiados Abogados?
2
El Mercurio, 6 de julio de 2008, A2, Calidad de los Abogados y Examen
Nacional. Arturo Yrarrázaval y Roberto Nahum. Días antes el Decano de
la Facultad de Derecho de la Universidad Finis Tarrae había hecho una
propuesta similar. El Mercurio, 2 de julio de 2008. A2. ¿Muchos Aboga-
dos?
3
El Mercurio, 8 de julio de 2008. “Calidad de los Abogados: Decanos de
Derecho se Abren a Debatir Comisión”.
4
Por ejemplo, Roberto Sagredo en Sección Cartas del Mercurio, 07 de
julio de 2008.
5
El Mercado de los Bienes y el Mercado de las Ideas. Ronald H. Coase.
Una traducción en español en Estudios Públicos Nº 45, 1992.
6
Quienes carecen de libertad de elección son generalmente los más
pobres que están sometidos al monopolio de las Corporaciones de Asis-
tencia Judicial. Un diagnóstico puede verse en Jaime Castillo, “Problemas
de Acceso a la Justicia Civil en Chile”. Algunas propuestas en J.F. García
y Francisco J. Leturia, “La Justicia Civil y Comercial Chilena en Crisis:
Bases para el Diseño de la Reforma Procesal Civil”. Ambos en Justicia
Civil y Comercial: Una Reforma Pendiente. Eds. J.P. Silva, J.F. García y
F.J. Leturia. 2005.
7
Las cifras están tomadas de El Mercurio, 25 de junio de 2008. “Más de
mil profesionales se titulan al año en 42 facultades”.
8
Revista del Abogado Nº 9, Abogacía y Educación Legal. Agosto 2005.
9
http://www.averyindex.com/lawyers_per_capita.php
10
www.futurolaboral.cl
11
Superior a las carreras de ingeniería comercial, periodismo, agronomía,
construcción civil, arquitectura, entre otras. Levemente inferior a medicina
e ingeniería civil. www.futurolaboral.cl
12
Ley 20.129 de 17 de noviembre de 2006.
13
Los criterios específicos para la acreditación de la carrera de derecho
pueden
verse
en
http://www.cnachile.cl/docs/materiales/criteriosespecificos/derecho.pdf
14
Eric Hanushek y Steven Rivkin, Teachers Quality, Handbook
of the Economics of Education, Vol. 2. 2006. p.14-15.
15
Ley 20.261, de 19 de abril de 2008.

21 de marzo de 2009, 7:33  

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